VIAJE AL FIN DEL MUNDO
CÁNTICO
La de un viernes de agosto
por ser llena.
La de un jueves de abril,
por renombrada.
La del cuento de niños que se asustan.
La que pintan brillante, fría y gualda.
La que canta un poeta en sus poemas.
La que finge que a todos da la cara.
La del sueño de los enamorados
viendo en ella el espejo de sus almas.
La que no tiene miedo a que la pisen.
La que sale de noche, solitaria.
La tontona. Y la llaman Catalina.
La que es triste, sin luces y sin agua.
La de disco redondo, cuando plena.
La de cuerno al derecho, si menguada.
La que pronto será nuestro destino
si es que atina el programa de la NASA.
La que arbitra las noches y los días
La anunciante de la semana santa.
La que viste de manto con estrellas
a la niña que quiere ser muy alta.
La que gime cuando la agita el viento.
La que ríe, porque nadie la alcanza.
La que asiste puntual como testigo.
La que tiene su oficio y no se cansa.
La del “Claro de Luna” de Beethoven.
La que en hora feliz fue mi aliada
.
Que te canten, te digan mil piropos,
Luna grande, redonda, despejada.
Zaragoza 5/08/72
16/04/81
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