ARREGLOS
[ved cómo hasta Orlando intuía frenesí]
'Nunca fui poeta de cantares
ni de dejarse partir en dos mitades
el cerebro.
Pero siempre,
sin que los muros de piedra oyeran,
solicitaba cobijo en tus ensueños,
que eran los míos.
Nunca compuse la calma
hendida por el dios Morfeo
y seguí la riada peregrina
de versos rodados
hasta hacerse nube
y de nube, celo
y de celo, cielos.
Y entre cielos celados,
un rumor.
Y entre cielos celados,
un rumor.
Nunca quise ser el vate bienhechor
de compromisos.
Que el remedio curtía las heridas
y entre sábanas, perdida,
acerté a sopesar cuanto cantaba.
Nunca seré poeta
ni rogaré suspiros bajo
ventana abierta.
Matona, mia
ni rogaré suspiros bajo
ventana abierta.
Matona, mia
cara.
Don
don
don '