COLORES CALORES
LUZ Y COLOR (Para la Poesía Erótica)
A la sombra que el fresno le brindaba
reposaba la moza de su antojo
y, no habiendo cerrado aún el cerrojo,
deja paso al compinche que aguardaba.
Como tórtolos vanse a la espesura,
no sea cosa que entrando en el destape
ciegamente, la mano se desate
para hacer la caricia con soltura.
Sube y baja la ninfa descocada.
Baja y sube trepando el atrevido
y la fronda del bosque no ha servido
de cortina y telón a la estocada.
Los intentos se tornan alborozo.
La paloma al palomo muestra el nido
y el palomo se queda entretenido
en la estancia. No cabe mayor gozo.
Ha empezado el concierto deleitoso
de requiebros, de trinos y de tientos.
Y, afinado, el solícito instrumento
a las notas se aplica presuroso.
Del l adagio se pasa al moderato.
Del allegro, al cantabile iocoso.
Y concluye la eterna sinfonía
en prestísimo tempo, più stacatto.
A la luz de la luna brilla el fresno.
Cae la noche para los pajaricos
que al instante se quedan dormidicos,
agotados por tanto desenfreno.
Etiquetas: poesía
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