16/5/10

COLORES CALORES

LUZ Y COLOR (Para la Poesía Erótica)













A la sombra que el fresno le brindaba


reposaba la moza de su antojo


y, no habiendo cerrado aún el cerrojo,


deja paso al compinche que aguardaba.






Como tórtolos vanse a la espesura,


no sea cosa que entrando en el destape


ciegamente, la mano se desate


para hacer la caricia con soltura.






Sube y baja la ninfa descocada.


Baja y sube trepando el atrevido


y la fronda del bosque no ha servido


de cortina y telón a la estocada.






Los intentos se tornan alborozo.


La paloma al palomo muestra el nido


y el palomo se queda entretenido


en la estancia. No cabe mayor gozo.






Ha empezado el concierto deleitoso


de requiebros, de trinos y de tientos.


Y, afinado, el solícito instrumento


a las notas se aplica presuroso.






Del l adagio se pasa al moderato.


Del allegro, al cantabile iocoso.


Y concluye la eterna sinfonía


en prestísimo tempo, più stacatto.






A la luz de la luna brilla el fresno.


Cae la noche para los pajaricos


que al instante se quedan dormidicos,


agotados por tanto desenfreno.





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